La Revista Internacional de Ciencias Sociales y Humanidades,
SOCIOTAM, publicó un artículo llamado: "Evaluación de la formación docente en los
participantes en el programa de enseñanza vivencial de las ciencias en
educación básica, en Victoria, Tamaulipas"; escrito por Cervantes Castro Rosa Delia. Este artículo analiza la
formación docente con la que egresan los profesores de educación básica de
nivel primaria, y si este perfil coadyuva a la implementación del programa de
enseñanza vivencial de las ciencias en educación básica (PEVC); dicho
programa pretende que el maestro sea conductor del proceso y que permita al
alumno, con base en la experimentación, el descubrimiento de nuevos conocimientos
(mediante comunidades de aprendizaje). Este programa es implementado en México
por la fundación México-Estados Unidos para la Ciencia. El estudio se realizó a
cuarenta docentes de educación básica que participan en la implementación del
programa PEVC.
Los objetivos del PEVC, son los
siguientes:
- Alumnos: Pasar de un aprendizaje pasivo a uno reflexivo (actúen como investigadores)
- Docentes: Que pasen de una lección tradicional a una indagación dirigida
- Contenidos: Que no sean amplios y extensos y mucho menos memorísticos, y en cambio sea profundo, coherente y explicativo (que se comprenda)
- La evaluación: De exámenes tradicionales y de memorización de datos y hechos, a una utilización del conocimiento.
La autora explica que la
educación en México ha tenido grandes cambios, debido a la incorporación de
diferentes modelos educativos, y más aún en el área de la enseñanza de las
ciencias, lo cual no ha sido sencillo ya que no hay mucha preparación por parte
del profesorado en estos temas. La formación de los docentes de educación
básica está a cargo de la SEP, aunque
los cambios políticos, sociales, económicos, culturales y religiosos han
influido de forma determinante en la reestructuración de los programas de estudio que se ofrecen en la
instituciones normalistas.
En este sentido el artículo
muestra que la formación docente es uno de los componentes más importantes del
ámbito educativo, ya que reconoce que el maestro es pieza fundamental de cambio pedagógico, pero desafortunadamente,
el grave rezago de a calidad educativa que prevalece en el país es consecuencia
de la deficiente formación académica de los maestros de enseñanza básica. Las
reformas educativas pueden transformar aspectos curriculares, organizativos o de
gestión, éstas tienen un futuro incierto si no logran articularse en una
propuesta coherente de transformación de los docentes, que son quienes
verdaderamente pueden hacer un cambio significativo en el proceso educativo.
Otra
parte interesante del artículo muestra el mapa curricular (1997) que rige la
licenciatura en Educación Primaria y el perfil de egreso que los docentes
tendrá al terminar su formación, la SEP señala principalmente cinco grandes
campos: habilidades intelectuales específicas, dominio de los contenidos de
enseñanza, competencias didácticas, identidad profesional y ética, y capacidad de percepción y respuesta a las
condiciones de sus alumnos y del entorno de la escuela. Y como se puede observar la formación que el
docente recibe no es quizá la más apropiada para aplicar un programa de estas
características.
Cervantes
Castro nos dice que se aprecia fácilmente que el docente, a lo largo de su
carrera, recibe única y exclusivamente materias de carácter teórico y carece
por completo de materias de orden práctico. Es decir, que aunque posee un nivel
conceptual teórico aceptable, no tiene las herramientas necesarias para aplicar
sus conocimientos en un nivel práctico. Como se puede observar en el Plan de
Estudios 1997 de la licenciatura en Educación Primaria presentado por la SEP,
no existe una correlación entre los objetivos planteados y el mapa curricular
establecido.
Sin duda alguna como lo dice el
artículo, lo primero que se debe de cambiar es la formación del docente (sea
este normalista o egresado de cualquier otra institución formadora de
profesores), para que este pueda impactar en el área de la enseñanza de las
ciencias, si se
quiere alumnos autónomos, críticos y reflexivos, lo que hay que hacer es formar
al docente para que este posea estas características, y así pueda ayudar a sus
alumnos a desarrollarlas.
Creo que debería haber espacios
dentro de las Universidades y las Normales, donde nos ayuden a los docentes a adquirir
estas competencias, sería indispensable que se dote a estas instituciones de
espacios especializados para realizar prácticas y experimentos, en la materias
de ciencias que se imparten (para enseñar al docente como se debe impartir la
clase), no dejar de lado la teoría sino llevarla de la mano con la práctica.
Así como nos marcan los currículos escolares (de educación básica) que debemos favorecer el desarrollo de capacidades y actitudes científicas para propiciar el pensamiento reflexivo de los alumnos, es como deberían de impartirse las clases a nivel licenciatura y normalista, para que los docentes también desarrollemos dichas actitudes, porque no podemos dar algo que no tenemos.
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