lunes, 19 de diciembre de 2016

Fácil y divertido: Estrategias para la enseñanza de la ciencia en Educación Inicial.


La investigadora Serrano Janeth en su artículo "Fácil y Divertido: Estrategias para la enseñanza de las ciencias en educación inicial"  nos explica, cuáles son los  efectos  de aplicar de manera correcta estrategias para la enseñanza de las ciencias en el preescolar; la investigación que realizó fue de carácter etnográfico, en el jardín de niños Doctor José de Jesús Arocha, en Venezuela. La investigadora  al entrar al salón de clases y observar la dinámica grupal,  se percató  de la falta de interés y  ausencia de estrategias  por parte del docente, el cual redujo la oportunidad de planificar actividades para que los estudiantes adquieran y desarrollen habilidades y actitudes científicas. Por ende se inhiben el proceso natural del niño que tiene la necesidad de explorar, curiosear y asociar.



Explica que los niños pueden aprender ciencia en formas diversas, y que pueden aprender más fácilmente, cuando el aprendizaje surge a partir de la satisfacción de sus propias necesidades e intereses. Por tanto en  la enseñanza de la ciencia es importante que esta lleve a los niños a reflexionar y les brinde la satisfacción que implica poder descubrir, mediante la experimentación lo que desea saber. Y para lograrlo se debe contar con un docente mediador de experiencias capaz de brindar múltiples oportunidades de manipular, experimentar, observar, comparar, comprobar y plantearse interrogantes.


Preocupada por lo que observó la investigadora decidió incorporar nuevos recursos, para llamar la atención de los alumnos hacia las ciencias mediante un manual denominado “Fácil y divertido”. Para el diseño de las estrategias del manual primero reviso bibliografía sobre la práctica de las ciencias en preescolar; después  procedió a la selección  de  estrategias adecuadas para el nivel (periodo preoperatorio) las cuales  permitieran la activación de procesos científicos en los participantes y el logro de aprendizajes, considerando la teoría de Piaget y Vygotsky. Las estrategias diseñadas estuvieron fundamentadas en dieciocho experiencias adaptadas al nivel.


Una vez diseñadas las estrategias (las cuales permitían a niño investigar, experimentar observar)  se procedió a la aplicación estableciendo en cada experiencia los objetivos para el abordaje de los procesos de la ciencia que permitirían a los niños potenciar el desarrollo del pensamiento científico. Cada una de las estrategias que la investigadora realizó ayudaba a desarrollar en los niños intercambio de opiniones, elaboración de conclusiones, experimentación, observación, trabajo en equipo y la oportunidad de contrastar sus hipótesis. Todas estas habilidades son las que  que el niño debe desarrollar  en clase de ciencias a nivel preescolar.

Durante la aplicación de las estrategias se pudo evidenciar través de los comentarios, expresiones y conductas de los niños, la manera cómo iban aflorando los procesos de la enseñanza científica. Los pequeños hacían descripciones, predicciones, argumentaban, daban muestra de interés y expresaban asombro y deseos de participar. Se puso de manifiesto la naturaleza activa del niño de esta edad, así como la curiosidad y la necesidad de experimentar y resolver conflictos o problemas lo cual es característico de la etapa preoperacional, de acuerdo con Piaget, quien señala que el niño utiliza la experiencia para construir su aprendizaje. Y lo más importante que el aprendizaje fue adquirido de manera vivencial y significativamente.

Este artículo demuestra que  hay dos factores detonantes para que los niños desarrollen o no un pensamiento científico y el gusto por las ciencias. En primer lugar tenemos al docente, que es el encargado de diseñar estrategias, motivantes y retadoras las cuales deben de estar de acuerdo a la edad y a los intereses de los niños, donde se les permita tocar, indagar, observar y experimentar. Si el docente no muestra interés por desarrollar una clase que motive a sus alumnos difícilmente estos desarrollaran el gusto por la ciencia, y la verán como  algo alejado de su contexto y de su aprendizaje. El maestro que esté dispuesto a tomar el reto debe de tener en cuenta que tendrá que ser innovador y además tener pasión por hacer que sus alumnos desarrollen el gusto por las ciencias.

El segundo factor es diseñar estrategias que realmente tengan como objetivo desarrollar el pensamiento científico, no solo es dar la clase de ciencias de manera mecánica donde los alumnos repitan conceptos, o se les de la típica clase de la germinación del frijolito, sino desarrollar   la curiosidad, el hábito de reflexión, el análisis de hechos, ideas y el amor por la naturaleza para ir logrando el conocimiento real de la ciencia. Cada clase debe tener un objetivo preciso de lo que se quiere lograr mediante la secuencia didáctica (que en nuestro caso serían los aprendizajes esperados).

Si queremos alumnos que desarrollen el gusto por las ciencias, nosotros como docentes debemos ser los primeros en desarrollar la pasión por la enseñanza de las mismas.

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