Antonia Candela (2006) redactó un artículo el cual analiza la manera y la importancia de la interacción discursiva que se da en el
aula, entre docentes y alumnos, para la mejora en la enseñanza de las ciencias, la cual toma como punto de partida los conocimientos previos (experiencia
empírica) de los niños para realizar una articulación con el conocimiento científico que se adquiere en clase, y de ahí reconstruir un nuevo conocimiento, "llamado científico escolar". Dentro de esta
investigación también se sustenta la idea de que los niños no pueden aprender
ciencia solo de la experiencia perceptiva sino que deben aprender como se describe esta experiencia en el
discurso científico escolar y las experiencias empíricas que también deben ser reconstruidas
discursivamente en el aula.
Asume que la experiencia extraescolar de los alumnos basada en evidencias empíricas es una de las referencias a sus concepciones cotidianas que es necesario movilizar para construir el conocimiento que en la escuela se conoce como científico y puntualiza que la evidencia empírica no es objetiva ya que los sujetos interpretan la realidad a partir de las concepciones que tienen .
Asume que la experiencia extraescolar de los alumnos basada en evidencias empíricas es una de las referencias a sus concepciones cotidianas que es necesario movilizar para construir el conocimiento que en la escuela se conoce como científico y puntualiza que la evidencia empírica no es objetiva ya que los sujetos interpretan la realidad a partir de las concepciones que tienen .
De acuerdo a Candela, un docente puede saber qué es lo que su alumno conoce sobre algún tema de ciencias (o de cualquier otra temática) si indaga en sus conocimientos previos, de haí la importancia de la comunicación y el debate en el grupo, todo niño posee conocimientos previos que adquiere del medio en donde se desenvuelve antes de entrar a la escuela y esos conocimientos le permiten explicarse cómo es qué funciona el mundo a su alrededor. Los profesores debemos tomar esos conocimientos para poder desarrollar situaciones didácticas las cuales modifiquen esos esquemas y produzcan un nuevo conocimiento, el cual es el conocimiento científico escolar.
Nos dice que las razones principales por las cuales
algunos modelos de enseñanza de las ciencias no han tenido la efectividad
deseada son: 1) Por el menosprecio de los factores motivacionales y
contextuales del aprendizaje. Los docentes muchas veces olvidamos que a los niños debemos motivarlos para aprender, buscar temáticas que les interesen, no podemos elegir los temas nosotros, hay que preguntarles sobre qué les gustaría aprender qué les interesa saber, para así llamar su atención y la clase sea adecuada para ellos; 2) no debemos excluir el contexto en el cual los niños están inmersos, como docentes debemos y tenemos la obligación de conocer e informarnos sobre el contexto en el cual se encuentra situada la escuela, carencias, servicios con los que cuenta, tipo de personas etc. y de esta manera tratar de realizar un proyecto que beneficie tanto el conocimiento que se adquiere en el aula, como a la comunidad, por que si realizamos un proyecto que beneficie a los mismos, tendremos el apoyo ciudadano y los pequeños observarán que lo que aprenden en la escuela pueden aplicarlo en su comunidad, lo cual creará un conocimiento significativo; 3) Porque asumen que tenemos concepciones únicas
sobre los fenómenos naturales y que estas cambian cuando se nos demuestra que
no permiten explicar un cierto fenómeno físico , no toman en cuenta que las
representaciones tienen espacios y contextos de uso diferentes, este es un punto muy importante por que como ya se dijo cada alumno tiene conocimientos previos y estos son adquiridos en distintas situaciones y contextos, por tanto lo que buscará la escuela es unificar dicho conocimiento, con el conocimiento científico escolar; 4) no toman en
cuenta que la ciencia es una construcción cultural que ha tomado siglos a la humanidad para ser
estructurada y que no puede ser reconstruida por los alumnos a partir solo de
evidencias empíricas; 5) no
se toma en cuenta las características institucionales de la escuela, ni de las condiciones de
trabajo en ella y tampoco la formación de los maestros, este punto es muy cierto, ya que hay muchas escuelas que cuentan con laboratorios y el equipo correcto para realizar de manera adecuada las clases de ciencia, pero también hay escuelas donde las instalaciones son inadecuadas; lo que debemos hacer como docentes es aprovechar lo que tenemos para potencializar las clases, si no tenemos los recursos debemos echar mano de otros con los que contemos, esto dependerá de la creatividad e ingenio del docente y de las ganas que tenga de hacer de manera correcta su trabajo. También cabe señalar que los docentes deben contar con la formación académica adecuada para impartir una clase, no cualquiera puede ser profesor, se necesita la formación y los conocimientos necesarios para serlo y sobre todo tener mucha vocación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario